¿Cómo podemos ahorrar energía con la lavadora?

Al igual que el lavavajilla y la secadora, las lavadoras figuran entre los equipos electrónicos de mayor consumo energético; por fortuna existen algunos sencillos trucos, que convirtiéndolos en hábitos nos ayudan a aprovechar mejor la energía y pagar menos. 

Consejos para hacer un uso eficiente de la lavadora

De acuerdo al Natural Resources Defense Council (Consejo de Defensa de los Recursos Naturales) en España, un hogar promedio destina al menos el 10% del consumo eléctrico a lavar y secar la ropa –sin apartar el gasto de agua– lo que tiene lógica considerando que la práctica es un hecho de la vida.

A lo largo de las últimas décadas los gobiernos han puesto especial atención respecto a regulaciones federales, exigiendoles a los fabricantes el ensamblaje de equipos que minimicen el consumo de energía y agua.

Pero ¿qué pasa con los equipos que ya tenemos en casa? Ante la imposibilidad de cambiar nuestra lavadora por una que presuma de eficiencia energética A+, A++ o A+++, acciones simple como lavar cargas completas nos ayudan a ahorrar energía, conozcamos otras opciones fáciles de implementar:

¿Cómo podemos ahorrar energía con la lavadora

Aprovechar los peajes de acceso o discriminación horaria

La nueva normativa tarifaria del servicio eléctrico en España –entrada en vigencia desde el 1 de junio del 2021– nos obliga, sin distingo de la zona de residencia, a priorizar el consumo de energía durante las horas valle si queremos mejorar el uso de la energía no renovable.

Entendemos de esta forma que son los fines de semana, días feriados fijos y el horario comprendido entre las 00:00 de la madrugada y las 8 horas de lunes a viernes, los periodos recomendados para utilizar la clavadora.

Lavar en frío

Sabemos que la ropa muy sucia demanda la acción de agua caliente para mejores resultados; sin embargo, manchas pequeñas, olores y sudor pueden ser eliminados con ciclos de agua fría o configurando el calentador a 120°F en lugar de 140 °F.

Asimismo, optar por agua fría nos permite aprovechar las ventajas de los detergentes que incorporan enzimas de limpieza que eliminan la suciedad y las manchas sin necesidad de utilizar agua caliente.

Elegir un buen detergente

Si tenemos en casa lavadoras eficientes en el uso del agua, la decisión correcta es utilizar detergente de alta eficiencia (HE) siempre que el fabricante lo recomiende, sean cargadoras frontales o cargadoras superiores de alta eficiencia.

Esta clase de productos de baja espuma, mejora el funcionamiento de nuestra lavadora, ya que el nivel de espuma  de los detergentes comunes promueve que el electrodoméstico desperdicie tiempo y agua en ciclos repetitivos de enjuague.

Aprovechar la ventaja de la centrifugadora

Utilizar la máxima potencia al momento de centrifugar permite extraer mayor cantidad de agua de la ropa, logrando una reducción del tiempo de secado; algunos descartan la idea por considerar que tendrán que planchar luego.

Sin embargo, si retiramos las prendas de la lavadora, las desenredamos y sacudimos antes de llevarla a la secadora, quedarán como si no hubiesen sido centrifugadas.

Ciclo sanitario solo para casos de extrema necesidad

Exceptuando ocasiones puntuales, debemos descartar el uso del ciclo sanitario, ya que el calentador interno empleado para incrementar la temperatura del agua, dispara el consumo energético en niveles que no podemos darnos el lujo de utilizar si queremos ahorrar energía con la lavadora.

Hábitos que nos permiten ahorrar al momento de lavar

Para aquellos que se identifican con un gasto mensual entre el 8 y el 12% por concepto de uso de la lavadora –sin apartar su parte correspondiente en agua– traemos una serie de prácticas que en menos de lo que esperan, darán resultados positivos en la facturación del servicio:

  • Ajustarnos a horarios en los que la luz es más barata: con la salvedad de casos muy necesarios, tendremos que evitar el centro del día para lavar, especialmente entre las 12:00 y 22:00 h y si estamos acogidos a la tarifa eléctrica regulada.
  • Considerar el nivel de suciedad de la ropa: antes de escoger el ciclo o programa de la lavadora, debemos evaluar qué tan profunda es la limpieza que necesitan las prendas, ya que no será igual la del vestuario de estar en casa, al de jugar al fútbol por ejemplo.
  • Utilizar la lavadora completamente cargada: en esta clase de equipo electrónico es igual de contraproducente lavar con la mitad de carga que sobrecargarlo; respetar las recomendaciones del fabricante no solo disminuye el consumo energético y de agua sino que alarga su vida útil.
  • Programar de acuerdo a las necesidades: anudado al punto anterior, en las situaciones donde sea imposible esperar a que la lavadora esté llena, la solución está en escoger programas o ciclos de media carga.
  • Usar el ciclo exacto: a diferencia de lo que muchos creen, los ciclos largos de lavado no son tan necesarios; excluyendo casos en los que las prendas estén demasiado sucias, serán los ciclos más cortos los indicados para ahorrar.

Estas sencillas acciones pueden parecer poco al comienzo, pero volverlas hábito se traduce a la posibilidad de mejorar la forma en la que consumimos energía a la hora de lavar.

Recordemos, la mayor parte de la energía de una lavadora es empleada para calentar el agua, entendiendo la necesidad de preferir los ciclos fríos siempre que podamos, y como regla inquebrantable al momento de aclarar ya que iguala el resultado del agua caliente.

Por último y no menos importante, limitar el uso de la secadora a momentos puntuales y luego de utilizar la función de centrifugado a máxima velocidad, ya que disminuimos el tiempo de secado, ahorrando energía.

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