¿Es Bloodborne más difícil que Dark Souls?

Entre las preocupaciones de los jugadores que esperan ansiosos disfrutar de Bloodborne, sin duda figura si el juego es más difícil o no que Dark Sould, y es que de acuerdo mientras algunos aseguran que no será tan castigador, otros especulan una mayor dificultad: ¿Quién tiene la razón?  

Bloodborne vs Dark Souls ¿Cuál es más difícil?

Debido a que son varios los títulos que forman parte de la familia de Dark Souls, establecer diferencia respecto a Bloodborne en términos de dificultad resulta un poco más complejo que si compararnos este último, con videojuegos individuales y no frente a una saga.

En este sentido, consideramos que el punto de partida para darle respuesta a la interrogante radica en delimitar primero cuál es el juego más difícil de Dark Souls; pues bien, desde nuestra perspectiva, es Dark Souls 3 el título más complicado de enfrentar de la saga, lo que obedece a la velocidad extra que añade presión ante cada combate.

De acuerdo a ello, quienes hemos tenido la suerte de jugar los títulos de Dark Souls coincidimos en que Bloodborne es el más fácil, que Dark Souls 3 pero más difícil que la segunda entrega de la saga debido a lo fluida de su jugabilidad.

¿Por qué es tan difícil Dark Soul?

Además de la existencia de numerosos obstáculos, en los juegos que conforman la saga el jugador tendrá que mostrar habilidad y familiarizarse con las mecánicas de los enemigos de ahí que la mayor parte de las trabas no revisten del clásico “no sé a dónde ir” sino de la falta de destrezas.

En Almas Oscuras, encarnamos el papel de un humano maldito cuya misión es peregrinar en Lordran –su reino ficticio– para descubrir el destino de los no muertos. El castigo por morir en el videojuego es un precio que no queremos pagar, diferenciándose de Bloodborne, donde el castigo es mucho menor.

¿Cuál es la trama en Bloodborne?

Bloodborne es un videojuego sustentado en explorar lo desconocido sorteando arriesgados combates dentro de un concepto online único. La razón por la que es considerado más difícil que Dark Sould se basa en su avatar, personaje que en vez de un arma y escudo, lleva en sus manos armas en cada mano.

Considerando lo arriesgado y peligroso del personaje, los combates son más ofensivos, centrando la mecánica del juego en la capacidad del jugador de equilibrar el ataque y esquivar al oponente de forma inmediata.

Posibilidad de perder salud

Otra diferencia clara entre Dark Sould y Bloodborne en lo que respecta a dificultad, es que en este último, tenemos que lidiar con la posibilidad de perder la salud haciendo que la barra se torne amarilla por un momento cuando recibimos daño del oponente, periodo ideal para atacar y recuperar la salud perdida.

Claro, estando rodeados de enemigos, contraatacar para recuperar la salud puede resultar una mala decisión, ya que es más una cuestión de suerte que de estrategia ofensiva.

Siguiendo en la exposición de puntos diferenciales entre ambos juegos, sobresale la capacidad de transformar las armas, las cuales según el modo de juego elegido, serán más lenta, ágiles y de mayor o menor alcance.

Ser menos castigador no significa que la dificultad será menor

En Bloodborne se combina la acción de la lucha con el terror creado por una atmósfera en la que impera el temor a lo desconocido; es así que asumir que ante el menor castigo que supone estamos frente a un juego fácil, es erróneo, solo implica que no seremos tan castigados.

Teniendo a cargo al mismo equipo que Demon’s  y Dark Souls, no cabe espacio para la duda respecto a su dificultad, a fin de cuentas, se trata del aspecto que From Software ha establecido como su marca diferencial.

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