El uso consciente de la energía no renovable debe ser un compromiso de todos, no solo por el ahorro monetario que supone, sino debido a que contribuimos con el cuidado medioambiental. Conozcamos algunas opciones para mejorar la forma de utilizar la energía no renovable.
Indice
Eficiencia energética, la tarea de todos
Lejos de lo que muchos piensan, el uso responsable de la energía no supone demasiadas complicaciones teniendo a favor dos grandes ventajas: por un lado reducciones en el importe de la facturación mensual del servicio, y por el otro una valiosa contribución con el cuidado del medio ambiente.
¿Cómo usar más eficazmente la energía?
Mejorar notablemente el gasto anual por concepto de luz, demanda acciones de día a día siguiendo una serie de consejos que a priori y de forma individual, no parecen ser demasiado, pero que en conjunto y a largo plazo, nos permiten observar notorios resultados:
1. Apagar las luces en desuso
Algo tan insignificante como dejar continuamente las luces encendidas cuando salimos de las habitaciones o estancias del hogar, crea un gran impacto negativo en el consumo anual del servicio.
Para un uso eficiente de la energía consumida, debemos implementar en casa el hábito de apagar las luces al momento de abandonar los diferentes espacios, una medida básica que se suma a la de reemplazar las convencionales por opciones de bajo consumo.
2. Instalar bombillas de bajo consumo o LED
En las luces incandescentes, apenas el 5% de la energía consumida se dedica a la luz haciendo que el resto se pierda en forma de calor; esto no sucede en las bombillas que integran tecnología LED, cuyo consumo supone un ahorro de electricidad entre 50% y 80% inferior sin comprometer la correcta iluminación.
Pero minimizar la tarifa del suministro eléctrico no es la única opción para ahorrar que ofrece la instalación de bombillas de bajo consumo, igualmente, presumen de una vida útil mucho más larga.
Si de recomendaciones hablamos, para el salón, cocina o estancias que demanda iluminación constante, los bombillos con tecnología fluorescente es la opción ideal; pero para espacios como pasillos y baños en los que es habitual encender/apagar la luz frecuentemente, convienen bombillas halógenas de bajo consumo.
3. Escoger equipos eléctricos de bajo consumo
Suponiendo la posibilidad de adquirir o reemplazar algunos electrodomésticos de la casa, será casi obligatorio seleccionar aquellos que garanticen la eficiencia energética, equipos generalmente identificados con las etiquetas energéticas A+, A++ o A+++).
Si bien a primera vista supondrá una inversión mucho mayor respecto a los aparatos eléctricos convencionales, se repite el escenario de las bombillas de bajo consumo, que pese a un coste algo más elevado, terminan revistiendo en el ahorro a largo plazo que lo compensa.
4. Cuidado con los electrodomésticos de mayor consumo
De todos los equipos electrónicos, la nevera es el electrodoméstico que más consume energía haciendo crucial darle un uso consciente; para ello, debemos evitar dejar la puerta abierta, mala práctica que conlleva al sobre trabajo del motor.
Del mismo modo, conviene dejar de introducir alimentos muy calientes, puesto que esto incrementa el consumo necesario para enfriarlos; en conjunto este par de acciones pueden suponer un ahorro de energía de hasta el 25%.
5. Emplear de forma sustentable equipos eléctricos de alto consumo
Siguiendo muy de cerca el consumo energético de la nevera, la lavadora y lavavajilla son electrodomésticos que deben utilizarse con conciencia; en el particular de la primera, llenarla al máximo y evitar lavar a 60º contribuye al ahorro de energía, especialmente si lavamos en frío o a 40º.
Respecto al lavavajillas, conviene igualmente maximizar el rendimiento empleando un programa económico. Para el resto, la mejor decisión es verificar en la factura de la energía los equipos eléctricos que más consumen energía y actuar en consecuencia.
6. Instalar detectores de presencia
Otra forma de hacer buen uso de la energía no renovable en viviendas de gran tamaño está en la instalación de detectores de presencia; en áreas comunes, garajes y vestíbulos, estos equipos son una excelente herramienta, ya que encienden y apagan la luz de forma automatizada.
7. Desconectar los aparatos cuando no los estamos usando
Pocas personas lo saben, pero hasta el 10% de la factura anual de electricidad corresponde a cargadores que permanecen enchufados constantemente, lo mismo que el famoso stand by de la televisión.
De ello, se deriva la importancia de desconectarlos de la luz es igualmente una medida viable para usar más eficazmente la energía.
8. Cuidar nuestra forma de cocinar
El buen uso de la energía no renovable abarca también a la manera de preparar los alimentos, y es que podemos ahorrar cocinando; en este sentido el primer consejo es pasarnos a las ollas de presión, pues minimizan considerablemente el consumo.
Asumiendo que usemos cocinas a gas, evitar que la llama sobresalga de los laterales del utensilio utilizado, mientras que de apostar por electrodomésticos, las estufas de inducción demandan menos energía que las vitrocerámicas.
Poner la tapa al cocinar es otra forma de economizar, ya que reducimos el tiempo de cocción y por ende, la pérdida de calor, significando una disminución de hasta un 20% indistintamente que cocinemos a gas o con electricidad.
9. Evita lavar alimentos con el grifo abierto
La última recomendación para hacer buen uso de la energía no renovable es una invitación a cuidar del agua, haciendo que el empleo de un recipiente al momento de lavar nuestros alimentos nos permite ahorrar hasta 10 litros del líquido vital, en lugar de continuar la errada práctica de lavarlos con el grifo abierto.
Conclusiones
Queda claro que no hace falta demasiado esfuerzo para hacer un buen uso de la energía no renovable, pequeñas acciones diarias darán poco a poco resultados a mediano plazo, reduciendo las tarifas de la facturación del servicio.
Sin embargo, la razón por la que el ahorro energético tiene que ser compromiso de todos radica verdaderamente en evitar el desgaste innecesario de la Tierra. Más que una decisión que nos permite ahorrar dinero, contribuimos a preservar la calidad de vida de todos los seres vivos del planeta.