La esperanza que el otro cambie nos conduce a permitir conductas que, sin llegar a la violencia física, son abusivas. El problema con las personas toxicas es que su toxicidad no está presente en la totalidad de su vida, dificultando un poco detectarlas al comienzo de una relación, pero presta atención a los detalles.
Indice
Señales que identifican un novio toxico
Para el que mira desde afuera, resulta sencillo juzgar a las que soportan una relación toxica, lo complicado es poner los pies en la tierra y afrontar el problema sin dejarse llevar por los sentimientos y la errada idea de que el otro cambiará.
Si aún no sabes cómo identificar a un novio toxico presta atención a las señales más evidentes:
1. Manipulación y chantaje
Las armas de manipulación son las mejor dominadas por los novios tóxicos, pues se esfuerzan que todo se haga a su modo logrando que la relación gire en torno a sus propias necesidades y deseos, conllevando a su vez a que la misma se base en el chantaje emocional, la vergüenza y la culpa para lograr su cometido.
2. Cambios emocionales
La relación toxica se compara con una auténtica montaña rusa emocional, paseándose de picos elevados de felicidad a niveles bajos de energía en cuestión de minutos. Un novio toxico absorbe la fuerza dejando sin energía incluso no estando con él.
3. El amor es la excusa
Amar no implica sacrificar las necesidades personales por complacer al otro, un aspecto que disfruta la persona toxica utilizando al amor como prueba para pedir más y justificar aspectos negativos, por ejemplo, arrebatos de celos o intentar controlar a su pareja.
4. Obliga a dejar de ser uno mismo
Tener una pareja toxica supone renunciar nuestra propia esencia con tal de evitar discusiones o tensión en la relación; medir las palabras, limitar los actos, evitar la espontaneidad y aislarse son algunas de las acciones a las que conduce, dejando cada vez más atrás a la persona que era en principio.
5. Considera a la pareja como su propiedad
El novio toxico suele ser el más celoso y desconfiado por lo que verá mal que su pareja mantenga otras relaciones, molestándole desde salidas con amigos hasta encuentros familiares. Poco a poco irá cercando más, acaparando la atención y dejando si espacio personal, ya que confunde amor con posesión
Consecuencias de tener un novio toxico
Todas estas conductas nocivas conducen a lo que llamamos una relación toxica, definida como aquellas donde el sufrimiento se vuelve el protagonista, al ofrecer más disgustos que placeres.
Aunque para muchos suene exagerado, tener un novio toxico puede afectar de la misma manera que las toxinas comprometen el bienestar del cuerpo, pues se trata de relaciones que dañan –real o simbólicamente– la autoestima, en ocasiones sin que la persona lo note hasta ser demasiado tarde.
En esta clase de relaciones, el afectado:
- Debe andar pisando huevos: el temor a las reacciones emocionales, el enfado, desprecio e indiferencia conduce a comenzar a distorsionar, ocultar o disfrazar las cosas para evitar conflictos, afectando el estado de ánimo al vacilar entre estar haciendo bien o actuando mal.
- Aparta sus intereses: siente que no puede hablar de lo que le preocupa o importa, deja de tomar la iniciativa respecto a planes futuros de la relación pues el otro acostumbra a enfadarse o menospreciar las ideas.
- Presenta niveles bajos de energía e ilusión: los días de enamoramiento se sienten cada vez más lejos; cuidar cada paso y reprimir las emociones da lugar a una sensación de agotamiento e incluso, malestar físico. Ya no se trata solo de callar sino de fingir estar bien.
- Siente que todo es su culpa: indistintamente del origen de la tensión, quien tiene un novio tóxico suele responsabilizarse de que las cosas no vayan bien. Sin importar todo el esfuerzo o a lo que renuncia, sentirá que no es suficiente o da la talla, mermando su moral y autoestima.
- Justifica a su pareja ante el entorno: las consecuencias de una relación tóxica son evidentes, por lo que serán comunes los comentarios de familiares y amigos ante los cuales sobrarán justificaciones como “ha tenido un mal día” o “él no siempre es así”.
Asimismo, las discusiones forman parte del día a día, ya no se trata de diferentes puntos de vista o roces, sino de peleas cotidianas en las que cualquier tema es motivo de explosión, generando la sensación de caminar en un campo minado.
¿Por qué una relación se torna tóxica?
La errada creencia de que “así es el amor” hace que muchos utilicen el sentimiento tanto de excusa para soportar, como de herramienta para obligar al otro a hacer su voluntad.
El problema de las relaciones toxicas es que no siempre son así desde el comienzo, de hecho, la mayoría de ellas tienden a parecer bastante prometedoras al comienzo, llenándose de toxicidad con el paso del tiempo. Algunas de las explicaciones del cambio obedecen a:
- Confundir enamoramiento con amor, escondiendo la realidad detrás de un espejismo creado en la mente.
- Relaciones interpersonales llenas de carencias que impiden identificar una sana.
- Mitos equívocos respecto al amor como sentimiento que demanda sacrificio, pasando por encima de los límites y necesidades individuales para ser demostrado o por miedo a fracasar en la relación.
¿Me separo o no me separo? El eterno dilema
Ahora que tienes claro que tu novio es tóxico y que este tipo de relaciones no conduce a nada bueno, llega el momento crucial: tomar una decisión antes que el dolor y sufrimiento, sean los protagonistas de una vida en la que se suprime la alegría, el amor, placer y reconocimiento.
Ante la encrucijada, son tres los caminos a seguir:
- No hacer nada: piensa muy bien, en el interior eres consciente que nada va a cambiar en la relación, por lo que engañarte asumiendo que mejorará con el tiempo es un error que tarde o temprano tendrás que enfrentar.
- Finalizar la relación: quienes han vivido la experiencia recomiendan siempre la separación. Rompe las cadenas que atan sea teniendo el valor para hacerlo, o buscando ayuda, pero ¡aléjate! probablemente será la mejor decisión que tomes.
- Intentar salvar la relación: esta es una solución viable únicamente cuando ambos reconocen el problema, ya que sin el apoyo de tu pareja y su disposición a aceptar la parte de la responsabilidad que le corresponde, será imposible alcanzar la meta de lograr una relación sana.
En este último caso, la ayuda profesional resulta de especial utilidad, brindando las herramientas necesarias para el correcto diálogo y comunicación que permita manejar los conflictos y aprovechar las diferencias en forma constructiva.
Los especialistas en el tema, ofrecen los canales adecuados para descubrir juntos las causas que han llevado a la relación hasta ese punto, además de enseñar a afrontar resentimientos y rencores generados dándole paso al perdón y la reconciliación dentro de un entorno seguro que propicie el retorno de la felicidad.