Por más que deseemos economizar energía, existen electrodomésticos que sencillamente no pueden dejar de usarse, por ejemplo la nevera; en este sentido la clave del ahorro radica en poner en práctica ciertas acciones que nos permitan darle un mejor consumo y minimizar el gasto de la factura de la luz.
Pautas para ahorrar energía con el uso de los electrodomésticos
Lo primero que debemos entender es que no hay una fórmula mágica que cambie nuestra tarifa eléctrica de la noche a la mañana, y es que el ahorro en el consumo de energía es cuestión de hábitos que deben fomentarse a diario siendo tarea de todos los integrantes del hogar.
En este sentido, la constancia es pieza clave en el proceso, seguida del compromiso y la apuesta por una forma de utilizar la energía no renovable de manera responsable tanto para minimizar el coste a pagar del servicio como para contribuir al cuidado medioambiental.
Máximo consumo en horas valle
La Discriminación horaria representa nuestra gran aliada para reducir el consumo de energía, pues no hace falta sino hacer un poco de matemáticas considerando las tarifas de sus horarios, para querer contratar una en caso de no tenerla.
Las Horas Valles nos permiten conseguir un mayor ahorro de energía en casa en los electrodomésticos de uso regular, pero también aprovechar el tiempo en tareas que implican a los equipos de mayor consumo, tales como:
- Lavavajillas: nada más conveniente que sacarle partido a la energía más barata del horario valle nocturno para poner a funcionar nuestro lavavajillas, especialmente si cuenta con ciclos programables.
- Lavadora: al igual que el lavavajillas y la nevera, este electrodoméstico figura entre los más consumidores de energía, la discriminación horaria nos permite aprovechar las primeras horas de la mañana, la noche y fines de semanas para economizar.
- Horno: el alto consumo de este equipo eléctrico demanda no solo un uso en Horario Valle, sino encenderlo únicamente en casos puntuales y de preferencia, hornear más de un plato.
- Plancha: planchar en Horario Valle ya es ganancia, pero más lo será si utilizamos el calor residual para las prendas que demandan menos planchado, alisándolas luego de desconectar el artefacto.
Apagar las luces y aprovechar la luz natural
Aun con la instalación de luces LED, dejarlas encendidas de forma continuada repercute negativamente en la factura de la luz, terminando por pagar una tarifa innecesaria.
Debemos crear el hábito de apagar las luces al abandonar las diferentes estancias y más antes de salir de casa; si queremos que queden iluminados espacios puntuales, además de utilizar bombillas de bajo consumo, lo ideal será instalar detectores de movimiento.
Asimismo, los sensores de encendido/apagado son herramientas que nos ayudan a activar el sistema de iluminación exterior de acuerdo a las condiciones del entorno.
No podemos pasar por alto la oportunidad de aprovechar las bondades de la naturaleza y exprimir al máximo la luz solar, especialmente en las zonas más soleadas del territorio nacional.
Economizar energía al cocinar
La mayor ventaja del horno y vitrocerámica es que el calor se mantiene largo rato incluso después de apagarlos; de acuerdo a esto, la invitación es a terminar de cocinar los alimentos utilizando el calor residual de estos artefactos.
Por ejemplo, si estamos asando pollo dejaremos que se dore mientras permanece en el horno luego de apagarlo una vez que está cocido; otra pauta para ahorrar cocinando es tapar las sartenes y ollas
Aunque a priori parezca insignificante, la mayor parte del calor se concentrará en el interior, calentando más rápido los utensilios y por ende, cociendo los alimentos en menor tiempo minimizando así el consumo de energía.
Desconectar los aparatos en desuso
Lejos de lo inofensivo que parece, el ‘stand by’ representa un auténtico vampiro invisible capaz de consumir parte de nuestro consumo energético sin siquiera notarlo.
Incluso apagados, dejar nuestros electrodomésticos conectados genera consumo, por ello la importancia de desconectar de la toma eléctrica, cargadores, ordenadores, aparatos digitales, calefactores y hasta cepillos eléctricos.
Para facilitar la tarea y fomentar el hábito en casa, la mejor opción está en el uso de las regletas o ladrones, ya que nos permite desconectar varios aparatos en simultáneo.
Pero si el presupuesto lo permite conviene prestar atención a la propuesta de los enchufes inteligentes, equipos que conectan/desconectan los aparatos electrónicos de forma total, sin necesidad de desenchufarlos, siendo incluso programables de acuerdo a nuestra necesidades o exigencias.
Hacer buen uso de los electrodomésticos
Reducir el consumo de la luz no se simplifica a comprar equipos electrónicos con buena calificación energética, es necesario igualmente darles un buen uso y el mantenimiento adecuado para que rindan su óptimo funcionamiento.
De poco servirá el horno de autolimpiable si lo mantenemos encendido fuera de la Discriminación horaria más económica, o la nevera no frost, si no al menos de forma anual, dejamos de limpiar el serpentín.
Nuestros aires acondicionados tendrán mejor rendimiento si limpiamos cada cierto tiempo sus filtros, así como si retiramos el exceso de polvo de las aspas de los ventiladores. Estas simples prácticas, adicionales a mejorar el consumo energético, alargarán la vida útil de los electrodomésticos.
Evitar mantener abiertos la nevera y el congelador
Eso de abrir la nevera y quedarnos parados frente a ella buscando quién sabe qué es un error que no podemos permitirnos más si queremos economizar; esto obedece a lo rápido que se pierde el frío interior demandando que el motor consuma más energía para volver a nivelar la temperatura.
Es así que la solución resulta bastante obvia y elemental, adoptar el hábito de pensar primero y luego abrir la nevera.
Planchar la ropa de una sola vez
La cantidad de energía que las planchas requieren para alcanzar altas temperaturas la hace figurar entre los equipos electrónicos que más consumen energía, entendiéndose que la mejor forma de ahorrar sin dejar de usarla es planchar toda la ropa que tengamos en una única sesión.
Una buena técnica es comenzar por la mitad de las prendas en tejidos suaves –las que no necesiten una temperatura demasiado elevada– siguiendo con aquellos que demandan mayor calor.
Finalmente apagar la plancha y terminar la sesión de planchado con el restante de las piezas suaves valiéndonos del calor que aún permanece en el artefacto después del apagado, evitando así que siga consumiendo.
Ajustar la temperatura del hogar
Conseguir que todos los integrantes del hogar se sientan a gusto con la temperatura es tal vez el hábito más complejo de poner en práctica cuando queremos disminuir el consumo eléctrico sin dejar de usar nuestros electrodomésticos.
Sin embargo, considerando las pautas que ahora sugerimos, la tarea se simplifica garantizando el confort indistintamente de la estación:
- Verano: 22-25 grados
- Invierno: 20-23 grados
En este sentido, la mejor solución es utilizar termostatos digitales, a fin de cuentas es el instrumento indicado para mantener la temperatura sin importar que pongamos en funcionamiento el aire acondicionado o la calefacción.
Ahora que conocemos las pautas para ahorrar energía, lo que queda es hacer de ellas acciones cotidianas, promoviéndolas como hábitos entre todos los integrantes del hogar.
Siguiendo nuestros consejos no hará falta privarnos de usar nuestros equipos electrónicos para hacer cambios positivos en la facturación mensual, será cada vez menor el consumo.