Recibir la factura de la electricidad y quedar atónitos con el importe a pagar es algo más común de lo que podemos creer; si quieres que el siguiente mes no sea tan doloroso, acompáñanos hasta el final y conoce algunos trucos elementales que nos permiten ahorrar energía sin dejar de usar nuestros electrodomésticos.
Indice
Pautas para un consumo eficiente de la energía
Adicionalmente a contribuir con el presupuesto, el buen uso de la energía renovable es nuestro pequeño aporte al mantenimiento del planeta, ya que como defensores del cuidado medioambiental sabemos que la energía fósil es la responsable de generar toneladas de emisiones nocivas.
De esta forma, si todos nos decidimos a usar los electrodomésticos con inteligencia no solo beneficiaríamos a nuestros bolsillos, sino también al medio ambiente a través de prácticas sencillas, que convertidas en hábitos, reducirán considerablemente el consumo energético.
Elegir electrodomésticos con eficiencia energética
La eficiencia energética de los electrodomésticos se divide en categorías desde la A hasta la D; suponiendo que esté en nuestras posibilidades, conviene reemplazar aquellos que se engloban dentro de los de mayor consumo tales como lavadora, frigorífico, congelador, secadora y lavavajillas.
Aunque en principio comprar electrodomésticos de mayor eficacia energética requiere mayor inversión, el gasto queda amortizado a mediano y largo plazo con el ahorro en la factura del servicio eléctrico.
Del mismo modo, conviene escoger electrodomésticos según las necesidades –sobre todo aquellos que producen calor– es decir, adquirir los modelos en función de los requerimientos, recordando la simple regla que a menor tamaño menos consumo de energía.
Apagar no basta, tenemos que desenchufar
Por inofensivo que parezca, el modo “stand by” es el responsable de al menos un 10% del consumo anual de energía haciendo que la simple acción de dejar enchufados los equipos aun estando apagados, genere gasto.
Televisores, cadenas de música, cargadores o dispositivos que admitan el modo, requieren más que apagarlos, desconectarlos del suministro eléctrico cuando están en desuso tarea que se facilita conectándolos a una misma regleta o ladrón que nos permita la desconexión de todos en un simple paso.
Ajustar la temperatura de equipos que incluyen calentador
Entre los electrodomésticos de alto consumo están la lavadora y el lavavajillas, lo que obedece más que nada a un funcionamiento que incluye el uso de agua caliente. Si queremos ahorrar con estos equipos, apostar por programas ECO se convierte en la solución más sencilla y práctica.
Personalizar o elegir ciclos cortos también representa una alternativa viable, temperaturas que no superen los 35º y utilizarlos en horarios incluidos en el Peaje de acceso Valle puede revestir en un ahorro de hasta 40% en la factura de la luz.
Usar el aire acondicionado con conciencia
La etiqueta energética será nuestra aliada para mejorar la forma en la que utilizamos el aire acondicionado durante el verano, considerando que su eficiencia se expresa a través de coeficientes en frío y calor (EER/COP) dato que está reflejado junto al consumo de energía.
Sin embargo, como regla general para minimizar el impacto en la factura del equipo, la temperatura de refrigeración adecuada ronda los 26ºC; asimismo, será indispensable instalar en lugares estratégicos, siendo más exactos, donde exista buena circulación de aire y le dé la menor cantidad de sol posible.
Economizar con el lavavajilla
Pese a que los lavavajillas modernos están diseñados para ahorrar y nos ofrecen un consumo eficiente de agua, un inadecuado uso conduce a malgastar dinero en consumo eléctrico estando entre los electrodomésticos que más consumen. Para evitarlo será necesario:
- Utilizarlo solo cuando esté lleno y no a media carga.
- Acortar el lavado pasándole un poco de agua fría a la vajilla antes de introducirla en el equipo.
- Ordenar los platos por tamaño partiendo de los más grandes.
- Seleccionar programa y la duración de acuerdo a los utensilios y grado de suciedad.
- Mantener limpio el lavavajillas, sobre todo sus filtros.
Evitar abrir constantemente la nevera
Nada peor para generar consumo innecesario de energía que abrir la nevera constantemente o peor, quedarnos parados al lado de la puerta abierta pensando lo que vamos a buscar, escenario que se repite en el congelador.
Disminuir las veces que abrimos la nevera y el congelado supone una reducción del consumo eléctrico, ya que en cada apertura, el motor necesita consumir energía para nivelar la temperatura que pierde.
En el particular de estar fuera de casa más de dos días, conviene evaluar la posibilidad de vaciar el contenido de estos equipos y dejarlos apagados; asumiendo que el congelador suelte agua, dejarlo abierto y colocar un recipiente que recoja el agua del hielo una vez se derrita.
Economizar energía con el horno y cocina
La cantidad de energía que demanda el uso del horno, hace que este quede limitado a casos necesarios y preferiblemente durante el Periodo Valle; asimismo, utilizar el calor residual para dorar o terminar de cocinar los alimentos, y hornear varios platos en simultáneo.
En cuanto a las cocinas de vitrocerámica, conviene adaptar la dimensión de los quemadores a los recipientes, evitando que los mismos sobrepasen por más de dos centímetros la placa ni utilizar placas grandes para cocinar en cazuelas pequeñas.
Ahorrar energía en la lavadora
En un hogar promedio, la lavadora supone un gasto de entre el 8 y el 12 % de la factura mensual, sin apartar el correspondiente al agua; afortunadamente existen una serie de prácticas capaces de reducir el importe:
- Elegir ciclos en función del nivel de suciedad de la ropa
- Evitar sobrecargar el equipo, pero utilizarlo completamente cargado
- Aprovechar las ventajas de los ciclos cortos y modo ECO
- Utilizar programas que incluyan agua fría o tibia, al menos para aclarar
- Adaptar la velocidad de la centrifugadora en función de los tejidos
- Lavar en horarios de tarifa eléctrica regulada.
Darle un uso adecuado a la secadora
Al igual que la lavadora y lavavajillas, la secadora es un electrodoméstico de alto consumo, de ahí que su uso debe estar limitado a ocasiones en las que nos resulte imposible secar al aire libre, además de:
- Limpiar antes de cada carga el filtro de atrapa pelusa así como de forma regular el conducto y los sensores de humedad.
- Seleccionar las piezas y secar juntas prendas similares, evitando por ejemplo, mezclar telas livianas con textiles pesados.
- Aprovechar el ciclo automático en lugar de programar.
Hábitos adicionales que nos permiten ahorrar energía con los electrodomésticos
Partiendo de que cada kWh de energía consumido emite alrededor de 400 gr de CO2 a la atmósfera tomar conciencia de la importancia del consumo energético adecuado va más allá de ahorrar dinero; es así que adicional a las pautas antes descritas conviene igualmente:
- Lavar en frío las veces que sea posible.
- Planchar en sesiones completa, empezando por la mitad de las prendas ligeras, seguidas de los textiles gruesos y finalizar apagando el equipo para terminar el resto de las piezas suaves con el calor residual de la plancha.
- Descongelar la nevera una vez que la capa de hielo supere los 5 milímetros, ordenar los alimentos y separarla de cualquier fuente de calor.
- Regular la temperatura de la nevera entre 6ºC y 8ºC, y verificar que la puerta cierre herméticamente para que no se escape el aire frío.
- Utilizar los programas cortos de la lavadora.
- Evitar el stand by de los electrodomésticos.
- Usar el horno al punto, ni muy frío ni muy caliente evitando abrir la puerta mientras esté encendido.
- Contratar la potencia adecuada y evitar «consumo fantasma» que conducen potencias superiores al equipamiento del hogar.
- Revisar y mantener el buen estado de los electrodomésticos.
- Permitir que los alimentos se enfríen antes de meterlos en el frigorífico.
- Apagar la placa de los sistemas de inducción o vitrocerámicas, cinco minutos antes de terminar la cocción.
Volviendo hábitos está sencillas prácticas, veremos en corto plazo la forma en la que disminuye considerablemente el consumo energético de nuestro hogar, recordando que la constancia y responsabilidad con estas acciones es más un llamado de conciencia a contribuir con el cuidado del medio ambiente.