Entre una mezcla de belleza natural e invernal monotonía, se desarrolla Bajo la piel de lobo, la película española comienza en un inmenso bosque gélido, donde vive Martiñón, el último habitante de un pueblo de montaña llamado Auzal del siglo XIX, se halla como lobo solitario en paz con la naturaleza, inmerso en la rutina, abandona sus sentimientos al inclemente frío pero más tarde sucumbe en el deseo y la pasión en el ambiente sombrío y hostil donde habita.
El largometraje de ficción es dirigido por el asturiano Samu Fuentes, en su debut como cineasta. The Skin of the Wolf, (La piel del Lobo), como se conoce en inglés; relata la historia del último hombre que habitó en un pueblo abandonado en las montañas en la frontera entre España y Francia. En el film destacan los paisajes de imponente belleza, pocos diálogos y poco drama. El espectador puede disfrutar del placer de haber entrado en un mundo no convencional. Acompáñame en este post a descubrir los recónditos lugares que sirvieron de telón de fondo para la admirable actuación del español Mario Casas, como Martiñón o Martín, el protagonista y eje central de la película.
Indice
¿Dónde se rodó Bajo la piel de lobo?
Las localizaciones son sin duda un elemento fundamental y le dan una connotación extraordinaria a la película. Veamos dónde obtuvieron los magistrales escenarios de la Bajo la piel de lobo:
- Donde vive Martiñón, el protagonista, en la alta montaña; se rodó al nordeste de España. En la región de Aragón, la cual la atraviesa el río Ebro y la coronan los Pirineos. Las escenas corresponden específicamente a la provincia de Huesca.
- El valle del filme se rodó al suroccidente de Asturias (Teixois, Taramundi, Santa Eulalia de Oscos, Villayón).
- El pueblo de Azual es en realidad Argul, una aldea medieval del consejo de Pesoz. Se encuentra al suroccidente de la comunidad de Asturias.
¿Dónde se grabó Bajo la piel de lobo en el mapa?
Ruta turística “Bajo la piel de lobo”
La maravillosa ruta “Bajo la piel de lobo”: está inspirada en las principales locaciones de la película. La ruta cuenta con información aportada por su director Samu Fuentes, así como también recoge información de carácter turístico. Todo está diseñado bajo la coordinación de los Ayuntamientos de Taramundi, Pesoz, Santalla y Villayón, de la mano de Nasa Producciones y Orreaga Filmakcon, empresas productoras de la película y diferentes empresas turísticas de la región.
La solitaria vida de Martiñón
Barbudo, fornido y grotesco, Martiñón o Martín (Mario Casas) vive en absoluta soledad en una casa de piedra en la ladera de una montaña en un momento desconocido e inesperado en el pasado (el guión no lo revela); sin embargo, dicho posteriormente por su director Samu fuentes, historia tiene lugar en la década de los años veinte del siglo pasado. El hombre lleva una existencia sencilla y monótona que consiste en comer, dormir y cazar: en otras palabras, una vida no muy alejada de las de los lobos que aúllan en la noche mientras él yace en su cama. Por otro lado, el actor tuvo que aumentar su volumen y engordar alrededor de 25 libras para desempañar el papel de Martiñón en Bajo la piel de Lobo.
Un recorrido por la trama Bajo la piel de lobo
Auzal, es un pequeño y remoto pueblo en las montañas, donde vive Martiñón (Mario Casas), el último sobreviviente del lugar, un hombre solitario, salvaje y alimañero que coexiste con la majestuosa naturaleza. Martiñón desciende hacia los valles dos veces al año, al comienzo de la primavera y al final del verano, donde comercia sus pieles y consigue provisiones para el resto del año. En su visita anual a la aldea más cercana para vender sus pieles, el cantinero, Severino (Kandido Uranga) le dice a Martiñón que debería tener un perro, y si no quiere un perro, debería conseguirse una mujer como compañía. Por lo cual; tiene en un granero un ardiente y fugaz encuentro con Pascuala (Ruth Díaz), la molinera sin mediar palabras antes o después y, tras esto comienza a cuestionarse seriamente su actitud de lobo solitario. La irrupción de una mujer en su vida revoloteará sus pensamientos y le forzará a elegir entre su condición humana y su lado más salvaje.
Martiñón le compra a Pascuala a su padre y regresa a su casa con ella. La vida continúa siendo monótona, excepto que ahora mantiene sexo desmedido y salvaje con Pascuala, hasta que esta al dar a luz, ella muere junto a su bebé. Martiñón reclama al padre de Pascuala porque la mujer estaba enferma y además embarazada y él lo ocultó y se la vendió en esas condiciones; es allí donde para compensar el padre le entrega a su hija Adela (Irene Escolar) y las cosas se animan un poco en la desolada montaña; ella le inyecta belleza y un poco de drama a la película.
Críticas de la película
Azual, es un pueblo deshabitado lejos de toda civilización, donde se despliegan los acontecimientos. No se da a conocer la época donde se desarrolla la historia de fondo de Martiñón, por lo que se desconoce quién es en realidad. El personaje carece de vida interior; hay poco desarrollo de él en el guion, mucha rutina y poco diálogo. Hay lapsos de silencio que suman alrededor de 30 minutos sin que los actores medien palabras.
La trama deja en muchas ocasiones al protagonista, Mario Casas, en un limbo dramático. Pasamos mucho tiempo viéndolo inmerso en su aburrida y tediosa rutina: cazar, comer, arreglar pieles y dormir, poco para un personaje de la talla de Casas; sin embargo, esos momentos se convierten en idílicos al capturar los impresionantes paisajes bajo la nieve de los Pirineos y diferentes estaciones con singulares bellezas. La nítida fotografía de DP Aitor Mantxola, destaca poderosamente en la película y añade valor, la cámara capta extraordinariamente la dura faena de un hombre solitario en la ruda montaña.