¿De qué murió Michael Robinson?

Michael Robinson, el exfutbolista de origen inglés y uno de los comentaristas deportivos más queridos de España, ha muerto el pasado martes 28 de abril debido a un cáncer con el que había estado luchando desde finales de 2018. Esta triste noticia ha conmocionado la radio y la televisión española, donde Robinson ya tenía unas tres décadas ‘cambiando’ la forma de narrar los partidos y contagiando a todos con su divertido humor.

Michael Robinson murió de cáncer

El pasado martes de 28 de abril se supo la triste noticia de la muerte del comentarista deportivo y ex jugador de fútbol, Michael Robinson.

Robinson había anunciado que tenía melanoma a finales del año 2018; el melanoma es un tipo de cáncer de piel que aparece cuando las células que pigmentan la piel se vuelven cancerígenas y dichas células son muy abundantes.

Todos los meses desde que el narrador anunció su trágica enfermedad en su programa radial, los pasó luchando y descansado en su casa junto al mar, la cual había comprado hace ya algún tiempo y estaba ubicada en Marbella, Málaga. Sin embargo, pocos días antes de su muerte, ya el comentarista había regresado a Madrid, donde residía desde hace 30 años.

Se sabe que un semana antes de morir, había comentado que ‘estaba en la lucha’, pero que iba perdiendo la batalla, aunque su buen humor no había desaparecido en lo absoluto, al punto en el que escribió un tweet en su cuenta de Twitter dándole ánimo a la gente en su batalla contra el coronavirus Covid-19 y por la cuarentena.

Michael Robinson fallece a los 61 años, y es considerado uno de los comentaristas deportivos más revolucionarios y divertidos de España; comenzó su carrera narrando noticias deportivas en el año 1989, luego que anunciara su retiro como jugador de fútbol y cuando apenas tenía dos temporadas jugando para el Osasuna, el único equipo extranjero para el que fichó.

En Inglaterra, su país de origen, jugó para varios equipos de la tercera división, la segunda división (o Championship) y para la primera división, donde se constituyó como delantero profesional. Robinson, o Robbo como se le conocía en la liga inglesa, jugó con el Preston North End, el Manchester City, el Brighton, el Liverpool, el Queens Park Ranger y el Osasuna.

Su carrera alcanzó la gloria durante las dos temporadas con el Liverpool; en la temporada de 1983-84, logró ganar tres títulos con el equipo, levantando así el trofeo de la Liga Inglesa, la Copa de La Liga y la Copa de Europa. Desde entonces nunca más el Liverpool ha podido repetir tal hazaña; ni siquiera de cerca.

Después de ser una de las estrellas inglesas más aclamadas de su tiempo, Michael decide que quiere aires nuevos, y decide probar suerte en el extranjero, aceptando así fichar con el Osasuna. Una de las anécdotas más populares del exfutbolista es que junto a su esposa pasó tiempo buscando en el mapa dónde quedaba Osasuna. Luego supo que viviría en Pamplona, Navarra, y allí comenzaría su amor por España, su cultura y su gente.

Michael Robinson será recordado como un hombre siempre feliz, divertido, amable, con gran ímpetu para narrar sus comentarios y que valoraba , como buen inglés, la puntualidad. Su acento tan particular era su carta de presentación, pero sin duda alguna es esa esencia de  futbolista innato lo que le agregaba valor a sus comentarios, siempre tan acertados y sin tapujos, al momento de comentar un partido o narrar una copa del mundo.

Este amante del fútbol profesional también tenía muchas otras pasiones, como el rugby, las series de televisión, el cine y el arte. Prestó su voz para un personaje de la película Shrek 2 y Shrek Tercero, y también escribió algunos libros; aunque jugó para el Osasuna, tuvo la oportunidad de ser colaborador o asesor del Cádiz F.C., y siempre dejaba ver su amor tan grande por la ciudad de Cádiz y sus habitantes, de quienes decían que le daba miedo tanto amor que le profesaban.

Michael Robinson, sin saberlo, se despidió como comentarista el 11 de marzo del presente, justamente en el estadio que más amaba (Anfield), cuando narró el partido entre el Liverpool contra el Atlético de Madrid, por la Liga de Campeones. Una buena despedida, sin duda alguna. ¡Que en paz descanse Robbo, como allí le conocían!

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