¿Esperar a tener una pila de ropa sucia para lavar? ¿Utilizar ciclos largos o cortos? ¿Conviene utilizar agua fría? ¿Cómo aprovechar el centrifugado? son algunas de las inquietudes que se presentan cuando queremos ahorrar energía con la lavadora, disipar todas estas dudas a continuación.
Indice
¿Cuál es el mejor momento para lavar?
Considerando los precios de los kWh de las compañías que prestan servicio en España, la lavadora consume menos energía durante las horas que abarca el Periodo Valle; sin embargo esta es una afirmación muy general, ya que también entran en la ecuación otros aspectos, entre los principales:
- El programa de lavado utilizado
- La carga de ropa
- El tipo de detergente seleccionado
- El uso de la centrifugadora.
Los programas ECO reducen hasta en un 33% el consumo energético de las lavadoras respecto al ciclo completo de lavado, mientras que el uso de detergentes recomendados por el fabricante minimiza la necesidad de aclarar más de lo normal.
Asimismo, utilizar la función de centrifugado reviste en la eliminación de mayor cantidad de agua en las prendas, lo que en el objetivo que nos compete, disminuye el tiempo que pasarán en la secadora, por ende en la reducción del gasto de energía.
Trucos para ahorrar con la lavadora
En tiempos en la que la responsabilidad y actitud sostenible con el planeta es tarea de todos, aprovechar las prestaciones de lavadora para ahorrar agua y electricidad pasa de ser una forma de cuidar el presupuesto a un compromiso en pro del mantenimiento de la calidad de vida.
Pese a la eficiencia de las lavadoras modernas en comparación a las de hace algunos años, existen algunas acciones que nos permiten disminuir el importe de nuestra factura eléctrica al momento de lavar además de hacerlo en las horas en las que el electrodoméstico consume menos:
Cargar bien la lavadora
Lejos de lo que muchos presumen, el consumo de una lavadora sin apenas carga no difiere demasiado respecto a llenarla hasta el tope, y es que el motor demandará cantidades similares de energía tanto para calentar el agua como para mover el tambor
Si no queremos desperdiciar energía ni agua, lo mejor es intentar llenar el tambor, sin sobrecargarlo, en lugar de hacer una colada pequeña de ropa exceptuando casos de extrema necesidad.
Evitar pasarnos con el jabón
Para muchos, el uso del detergente o jabón líquido se limita a llenar hasta la marca el dispensador de la lavadora o dejarse llevar por las recomendaciones de fabricantes que pecan de generosos al señalar las cantidades de sus productos cuando en realidad que todo depende del nivel de suciedad de la ropa.
Apelando a la lógica, carece de sentido asumir que necesitaremos la misma cantidad de detergente para retirar el sudor de las prendas que usamos a diario, que la necesaria cuando vamos a lavar ropa empleada para jugar fútbol en una cancha llena de barro.
Al margen de ahorrar en jabón, elegir la correcta cantidad de detergente implica menos aclarados y por tanto menos agua, contribuyendo a economizar en el recurso mientras reducimos la cantidad de productos contaminantes y alargamos la vida útil de la lavadora.
Aprovechar las ventajas del agua fría
Las etiquetas de las prendas de vestir marcan la temperatura de lavado máxima, no la recomendada como se tiende a asumir, por lo que si queremos ahorrar lavando, debemos seleccionar la temperatura del agua de acuerdo al tipo de tejido, olor o mancha que deseamos eliminar.
Exceptuando salsas, tintas y grasas, la mayor parte de la suciedad sale de las prendas sin necesidad de lavar a una temperatura superior a los 30ºC, de hecho muchas veces ni siquiera necesitan agua caliente.
Asimismo, para el aclarado se recomienda el uso de agua fría evitando recurrir al propio calentador de la lavadora que termina impactando en el consumo final del electrodoméstico.
Centrifugar a la velocidad adecuada
Entre los aspectos que más elevan el consumo de energía de una lavadora está el centrifugado, lo que es lógico considerando la potencia que demanda el motor para mover kilos de ropa hasta dejarla escurrida.
Sin embargo, centrifugar implica que las prendas no necesitan mucho tiempo en la secadora, uno de los electrodomésticos de mayor consumo; la clave para resolver la disyuntiva está en la velocidad.
Para cargas de ropa pequeña o prendas ligeras, 700 revoluciones por minuto es más que suficiente para eliminar el agua, lo que no sucede con toallas de rizo, mantas o edredones, de ahí que separar y programa la lavadora en función del grosor de los tejidos nos permitirá ahorrar en el centrifugado.
Programar de acuerdo a las necesidades
Si hay algo que debemos agradecer en las lavadoras modernas es la incorporación de ciclos ECO o cortos, pero también la posibilidad de programarlo manualmente en lugar de limitarnos al programa según el tipo de ropa que pretendemos lavar.
En ocasiones, hasta un ciclo estándar es demasiado, haciendo que basten 15 minutos para que las prendas queden bien lavadas, práctica que economiza tiempo además de agua y energía.
Finalmente debemos aprovechar la tarifa del peaje de acceso más económico, por lo que de no estar en casa, o querer que la lavadora trabaje mientras dormimos, la solución está en utilizar la programación diferida sobre todo, si incorpora tecnologías como FreshCare+
Ahora que sabemos cuándo consume menos una lavadora y las pautas que contribuyen a un mejor uso del electrodoméstico, ya no hay excusas para comenzar a ahorrar energía, nuestro presupuesto y planeta sabrán agradecer.