El dragón de Komodo es considerado el reptil más grande del mundo. Es una especie que llama mucho la atención debido a sus características físicas, son enormes, pesados y curiosamente rápidos. Muchos visitantes del Parque Nacional de Komodo han visto de cerca sus habilidades para cazar y perseguir a sus presas. Escapar de ellos no es fácil, en fechas recientes se han contabilizado al menos un par de ataques por parte de estos animales salvajes.
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Hábitat y características
El Parque Nacional de Komodo está en Indonesia, ocupando tres islas grandes y 26 más pequeñas. Fue creado en 1980 para ayudar a proteger el hábitat del dragón de Komodo que no vive en ningún otro lugar.
El parque fue creado precisamente para ayudar a los dragones y eventualmente una variedad de otros animales a sobrevivir. Pero a pesar de eso, todavía están en peligro y son definidos como una especie «Vulnerable» por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Hay islas donde han sido totalmente aniquilados, pero en otros sin embargo la población se ha mantenido estable.
Un macho promedio puede pesar hasta 200 libras y una hembra pesará hasta 160 libras. El largo del cuerpo también varía según el género, pero en promedio miden 2,6 metros. El dragón salvaje más grande encontrado pesó 366 libras, incluyendo el alimento no digerido dentro de él y tenía 3,13 metros de largo. Su enorme tamaño es el resultado de donde viven, que también dio lugar a una serie de otras especies enormes, como las famosas tortugas que viven en las Islas Galápagos.
Velocidad y como la usan para cazar
A pesar de tener cuerpos con una constitución enorme y pesada, pueden alcanzar rápidamente 11 mph en distancias cortas. La velocidad promedio con que se movilizan los dragones de Komodo es de unos 20 km por hora. Tienen mucha fuerza, inclusive pueden derribar un árbol de considerable tamaño.
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Esta velocidad es suficiente para alcanzar animales de otras especies como por ejemplo búfalos de agua, jabalíes o ciervos. Para atrapar a sus presas, usan una estrategia de emboscada. Esperan pacientemente a algún animal desprevenido, luego se lanzan a la acción aterrizando una mordedura venenosa antes de que la víctima pueda escapar.
A diferencia de una serpiente que inyecta veneno a su víctima a través de sus afilados colmillos, el veneno de un dragón de Komodo se filtra entre las grandes heridas que causa con su potente mordedura. El veneno del dragón disminuye rápidamente la presión sanguínea, acelera la pérdida de sangre y genera un estado de shock, haciéndolo demasiado débil para luchar.
Los dragones de Komodo han sido responsables de la muerte de cuatro personas en los últimos 41 años. No se debe subestimar su velocidad sólo por el aspecto de su cuerpo. Su estrategia de caza se basa en el sigilo, pueden pasar horas en un lugar esperando por cualquier animal. Cuando se ven amenazados pueden arrojar el contenido de sus estómagos para disminuir su peso y así correr con mayor facilidad y agilidad. También hay que recordar que son excelentes nadadores, aunque no se ha comprobado si pueden alcanzar una velocidad similar dentro del agua.